17/3/09

WATCHMEN (aunque sea largo, está currao)

Para todos los seres que habeis convivido conmigo en carne y hueso, alejándose total o parcialmente de las interrelaciones vicarias de la red, Watchmen debe ser una realidad consolidada en vuestras vidas, como objeto de odio, idolatría (idolatría, idolatría, idolatría) o al menos curiosidad.
No obstante, pese a lo que muchos puedan pensar, mi amor hacia esta conflictiva obra no es tan grande como pueda parecer.

Es cierto que ahora me ha dado fuerte, y como buena víctima de la televisión que soy, fruto del consumisto y el cibercapitalismo, el que hayan hecho peli tambien toca mi fibra friki. Así que aquí voy, a contaros humildemente que significa Watchmen para mí.

En 1986, después de haber firmado un contrato con DC Comics, Alan Moore y Dave Gibbons publican el primero de los doce tomos de Watchmen. El propósito es crear una historia autoconclusiva que aportase una nueva versión del superhéroe. El primer paso hacia una renovación conceptual de todo el género del cómic, que supondría a su vez una pieza excepcional en el desestimado mundo de la novela gráfica.

La historia no sólo compone una reubicación justificada de los superhéroes en una sociedad real; sino que trata los problemas sociales intrínsecos de una época donde la población pulula como una masa sin razón de ser. Nos encontramos con un contexto dónde el mercado exigía un nuevo enfoque del género. El comic, fundado en los años treinta, proponía un canon de figura que a su vez bebía de los héroes clásicos y sus arquetipos. En los años treinta, un periodo de recuperación de la Gran Guerra y antesala a la Segunda Guerra Mundial, surge el comic y este superhéroe a modo de estandarte glorioso para un occidente que pretende vender su triunfo.

En los años ochenta, el cambio se consolida. Nos encontramos con una decenio marcado por el aumento de las tensiones de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. La amenaza nuclear se hace más potente que nunca, por lo que a mediados de la década se produce un acercamiento entre los dos bloques. Éste es el punto de inflexión en el arquetipo de superhéroe al modo clásico (el híbrido entre el héroe griego y el surgido en los años treinta). Nos topamos pues con superhéroes que carecen de poderes o habilidades especiales, encontramos una retrospectiva brutal en las motivaciones y problemas personales de cada personaje, así como las reacciones sociales al tener vigilantes enmascarados en la calle.

Y es que la obra narra un acontecimiento social, una historia mucho más cercana e intimista de lo que pueda parecer, alejado de supervillanos que pretenden conquistar el mundo, nos presenta conflictos políticos y criminales corrientes y preocupantes. Por lo que, ¿qué son en realidad los Vigilantes? Quizá no sean superhéroes, sino conceptos fuertemente estereotipados que siempre se han tenido en mente, pero que en la práctica, la sociedad nunca ha sabido llevar a cabo.

3 comentarios:

Ardiel DRP dijo...

¿Quién vigila a los vigilantes? Y sí, joven. Un saludo y muy buena.

Marta Recio dijo...

Juanja! me gusta el ápice friki de tu blog jaja. espero que el mío (de tebeos) te interese, por poquito que sea...pásate!^^

Elena dijo...

Watchmen está muy bien, ya sabes que la peli me gustó y el comic no sé, creo que demasiado largo como para que yo lo lea. Pero si hablamos de superhéroes, sintiéndolo mucho, Batman es y será mucho Batman.