9/10/10

DREAM IS COLLAPSING

Cuando uno va a hablar de una película que es de sobra y por todos conocida en un lapso de tiempo tan corto se ve un poco obligado a trazar el mapeado clásico de referencias y bases sobre las que se construye. Para empezar el universo onírico en que se desarrolla la historia de Incepton ha sido revisado por el audiovisual en un buen número de películas de las que podemos destacar las entretenidas y muy rentables historias de Elm Street y Matrix.

Si bien ambas películas hablan de un sólido paralelismo entre mundo real y sueños donde construir una historia que salte de uno a otro lugar jugando con las posibilidades de ambos, la solución y conclusión es en primera instancia utilizar un mundo para el bienestar en el otro. Creo que sobran los ejemplos de la trama en Elm Street y Matrix, espero que os hayáis hecho la idea.

Del mismo modo Inception usa y explora la posible dualidad de la existencia en el mundo terrenal y el del sueño, esquivando de forma elegante bastantes interpretaciones baratas de teología cristiana. Los sueños son una realidad explorable y tangible, un lugar donde interactuar con el individuo. La compra y sustracción de información a través de los sueños es el trabajo de Cobb (Leonardo DiCaprio) y su equipo. El verdadero argumento sin embargo es una extraña operación inversa a la que llaman Inception, consistente en implantar una idea en vez de robarla. Saito (Watanabe) es el empresario que financia y contrata al equipo para esta compleja operación en que el pasado de Cobb y su difunta esposa se mezclan.

El guión esta perfectamente estructurado, como un puzle entretenido donde cada nueva pieza hace más atractivo el todo que está conformando, Chris Nolan ha sabido de nuevo construir una película grandiosa, atractiva para el gran público (aderezada por supuesto con unos correctos y puntuales efectos visuales que no atiborran la historia pero tampoco la desmerecen) y donde se esconde un producto íntimamente personal y atípico, un verdadero auteur que se mueve como pez en el agua en la ciencia ficción.

El director de Memento ha sabido capitanear un reparto equilibrado casi en su justa proporción, inclinando la balanza hacia el papel de Cobb y alternando la trama de su mujer con la implantación de la idea. Merecen la pena ser nombrados Joseph Gordon, como el segundo de Cobb, Arthur. Un papel pequeño pero increíblemente bien dibujado, carismático y elegante, la secuencia en el hotel siendo él el soñador de la escena condensa el mejor momento de acción de toda la película. Una gozada visual -ejemplo de cómo pueden utilizarse los efectos especiales para algo más que mover Transformers- muestra del gran equipo técnico que conforma la película.

Una gran pieza, señal de que el cine sigue vivo más allá de las secuelas, precuelas, remakes y reebots. No hay que olvidar que Nolan bebe de la ficción postmodernista, de Philip K. Dick y otras fábulas contemporáneas como Ghost in the Shell, el mérito reside en saber utilizar el conocimiento y dosificar lo intelectual para entretener, conmover y formar al espectador.

2/2/10

Protocine y escándalo.

Ahora que en clase estoy dando cosas de protocine y experiencias mudas os traigo una película producida por el inventor capitalista Edisson.

The Kiss (1900); de director desconocido. La película esta enmarcada en los principios del cine mudo: microrelatos reales con actores desconocidos. Lo curioso de la pequeña pieza que podeis ver ahora es que supuso una revolución para su época, provocando serias discusiones entre el sector del entretenimiento. Las capacidades perversas de este emergente producto quedaron en entredicho. El cine estuvo a punto de ser completamente eliminado del sistema ocioso norteamericano.

Con vosotros, El Beso.

1/2/10

mi carretera

Un padre y su hijo caminan por la carretera, hacia el sur, hacia donde queda calor, hacia ninguna parte.

Cada cierto tiempo me encapricho y me obsesiono con algún autor, película, libro, persona, grupo musical y demás. La Carretera se convirtió en la obra magna durante un par de meses, la leí en dos semanas y empecé a investigar un poquito sobre el invisible Cormac McCarthy. Todo lo que le rodeaba era misticismo, elegancia y ausencia de datos y entrevistas. No sé a quién, pero ese aura de rareza siempre me llama la atención. Es como un imán ya de por sí, al que con suerte añadí el descubrimiento de tan desgarradora novela. De ahí la mezcla de extrañeza y emoción que me encadenó al libro desde el principio.

El apocalipsis es casi un género de la reinvención cinemática y narrativa postmodernista, pienso yo. La cantidad de películas y relatos que giran en torno a la destrucción del mundo conocido (siempre desde el punto de vista occidental) toma todas las variantes posibles; desde el cutre y explosivo Roland Emerich con sus edificios emblemáticos, a las zombiemovies.

Con ello, y desde mi corto repertorio de encuentros con dicho material, habría de señalar películas como 28 Días Después (con su muy notable secuela); series como Jericho, que no fueron a parar a buen lugar, y libros como The Stand (titulado en Español como La Danza de la Muerte y Apocalipsis). Todos estos relatos, y en el especial el libro escrito por Stephen King, forman un esquema perfecto de un futuro destruido y la regeneración/extinción de un serie de personas insignificantes y únicas para un mundo que se resquebraja y primitiviza.

No obstante y con todo ello como precedente, La Carretera da una nueva vuelta de tuerca a todo el género creando un microcosmos dentro de un mundo gigantesco y gris, donde la existencia es subsistencia y las emociones humanas un leve pálpito tras una montaña de cadáveres, humo, escombros y ceniza. Muchísima ceniza.

Dentro de unos días se estrenará en cines la adaptación del libro, a cargo de un tal Jonh Hillcoat (al que ya no olvidaré). Si ya escribí sobre el estreno pendiente, ahora y después de ver la película solo quiero hacer un llamamiento generalizado a favor de la misma. La adaptación cinematográfica reconstruye perfectamente todo el empuje y particular estilo narrativo que tiene el peculiar desarrollo del libro.

Las actuaciones de los dos protagonistas sobrecogen, y las intervenciones puntuales del resto del reparto están igualmente a la altura. El relato está un poco alargado -la obra en sí es corta- con la presencia de la mujer, pero a falta de descompensar, hace la historia más fría y solitaria.

Toda una recomendación sean cuales sean tus expectativas. Libro y película.

21/1/10

cosas salvajes

El fin de semana pasada vi la adaptación de Spike Jonze de "Where the Wild Things Are". El libro lo había leído hará unos diez años, en una excursión a la biblioteca municipal de Lepe. Yo lo catalogaría en esa especie de fantasía infantil trufada de subtextos para adultos y público intelectual (e intelecualoide).

Para ser fiel a mi mismo: la historia trata del viaje de Max. Un chico simpático con problemillas familiares y una inquietud interior salvaje. Oprimido por la incomprensión de lo que le rodea, decide "huir" hacia lo desconocido. Y lo desconocido no es otra cosa que una isla en medio de la nada donde viven los monstruos.

A pesar de cambiar algunos detalles de la novela original y añadir algunas interrelaciones, Jonze labra perfectamente la historia adecuándola a ese estilo tan personal que se ha ganado con Como Ser John Malcovick y Adaptation (ambas obras escritas por Charlie Kaufman, siendo Los Monstruos primera película  en separado). Es curioso comprobar la difícil preproducción y los problemas a la hora de encontrar distribuidores que ha tenido el director.

Y es que en realidad hablamos de una cinta realmente compleja, que puede tornarse absurda y aburrida según el prima con que se mire. No se trata en realidad de una película infantil ni una fábula postmoderna, es simplemente una puerta abierta hacia la racionalidad dentro de la irracionalidad. Max, asqueado de su hermana, enfadado con su madre y proclamándose el rey de un castillo de hielo despoblado parece ser una personalidad pequeña, moldeable, agresiva, enfadada y triste.

Los monstruos no son más que una separación de cada una de las inquietudes de Max, llevadas a su máximo exponente. Los monstruos son la solución, el alivio y la diversión. Cosas salvajes para todos. Altamente recomendable siempre que sepas lo que vas a ver.

19/1/10

Fama a la vista.


Sorprendido me quedé esta navidad cuando en falta totalmente de esperanza fui al cine a ver el remake de Fama. Película que no he visto, en la que se basa la popular serie que no he visto y el asqueroso refrito que tampoco he visto emitido en Cuatro desde hace un par de años.

Las expectativas estaban bajo mínimos, me esperaba una especie de High School Musical con un poquito más de carne -por el rollo este puritano que sigue Disney-. Pero no, la verdad es que el resultado fue "en parte" positivo y sobretodo agradable.

La trama es básicamente el seguimiento de una promoción de alumnos en una escuela de música neoyorkina durante los cuatro años que dura su curso.Un rato entretenido y sin ningún tipo de comedura de tarro. Los personajes son planos, los profesores absolutamente estereotipados y las situaciones pecaban de clásicas. Pero aun así el relato estaba exento de la carga pedante y los diálogos basados ñoñerías. Incluso al final la situación se resuelve de forma irregular para la mayoría de los muchachos, prácticamente ninguno llega a ser lo que pretendía.

Una opción menor dentro de una cartelera actual llena de títulos mucho más golosos, pero al menos una opción en vez de un descarte.

4/11/09

Javier Rebollo. Mujer sin piano.

Absolutamente recomendable para días fríos donde la claustrofobia interna como ser humano encerrado en una prisión de carne y sangre se pregunta el sentido de su consciencia.

La Mujer sin Piano se estrenó en la pasada 57ª edición del Festival de Cine de San Sebastián. No se nada de su director, ni de su equipo creativo ni de las verdaderas intenciones que la historia pretende despertar en el espectador. Entré en la sala con unas espectativas pobres, sin poder imaginarme a la televisiva Carmen Machi como una actriz de peso, y salí con un regusto agridulce. Sabía que algo había aprendido pero sin tener claro qué.

La Mujer sin Piano parte con una ama de casa esclavizada a la irremediable rutina que a (casi)todos nos espera y como decide fugarse de su vida durante una noche. Todo lo que vivirá esa noche le es igual de ficticio que el capítulo menos convincente de Expediente X. Días fríos. Recomendable.

2/11/09

This was it

This is it es lo que algunos llaman concert movie y otros documental; una hora y media que resume las casi cien grabadas durante los ensayos de febrero a junio del pasado año en el Staples Center de Los Angeles. Ensayos que gestaban el megaproyecto de Michael Jackson para el pasado verano, hacer cincuenta conciertos en el estadio O2 Arena de Londres.

Había decidido probar suerte en Europa para cerrar su carrera musical definitivamente, limpiar un poco su imagen y amasar un importante dinero que solventase sus deudas. Ya que la muerte le alcanzó primero, esta ambiciosa propuesta quedó enterrada con él y el batacazo económico que supuso para él y sus productores fue brutal. A pesar de que las ventas de discos, libros, calendarios y demás han subido como la espuma tras la muerte del ídolo, Kenny Ortega (director de la vomitiva trilogía High School Musical), coreógrafo jefe y ayudante de escena personal de Michael Jackson mantuvo conversaciones con Sony desde el pasado agosto para crear una película que se acercase lo máximo posible a lo que los fans iban a ver en el O2. Anunciada hace casi dos meses, y tras romper con los records de reserva, la semana pasada This is it vió la luz.

Al haber entrado en fase de preproducción directamente, no se grabó nada adicional al material que ya tenían y, según se anuncia al comienzo del filme, todo lo que vemos iba a ser parte de la videoteca personal de Jackson. El montaje está estructurado a modo de concierto; se nos presenta al equipo (todos muy emocionados por trabajar con Michael) y luego ensayos de unas doce canciones, mostrando la preparación artística del equipo técnico/creativo, escenario y la canción en sí.

Con ello, aparte de disfrutar de las canciones más famosas del rey del pop (no las mejores) podemos deducir lo costosísimo de estos conciertos: nunca hay menos de cien personas implicadas en el momento del ensayo, y todos están atentos al perfeccionismo de Michael. Cada canción implica una cantidad de externalidades asombrosa: proyecciones en 3D, escenarios desmontables y cambiantes, irrupción de vehículos, casi cincuenta bailarines en escena -maquillados y ataviados según la temática de la canción-. Todo bajo la supervisión de un exigente Jackson que no duda en dar las órdenes precisas. Ya que el material está grabado con diferentes cámaras y mezcla fragmentos de la misma canción fruto de diferentes ensayos, el resultado técnico es bastante inferior a lo que estamos acostumbrados.

La sensación posterior es una mezcla entre lo espectacular del nonato concierto y la tristeza porque el controvertido artista está muerto.